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Tercer domingo de Pascua «En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra ciertamente en él, el amor de Dios ha llegado a su plenitud» (1 Jn. 2, 3-4). OTRA VUELTA AL AMOR Querido amigo: La frase como ves ~s también de San Juan. V en unos capítulos anteriores a la comentada el domingo anterior. Por ello sigue siendo verdad que para comprender el pensamiento de un autor cualquiera será necesario leerle en totalidad. Fraccionarle es traicionarle. A veces es una necesidad, como sucede en la liturgia, por razón de la brevedad. Pero la liturgia a lo largo de cualquiera de sus ciclos procura dar un pensamiento en totalidad. Y, además, para eso están los comentarios. Una pregunta: ¿Qué es antes: el conocimiento o el amor? Habrá opiniones para todos los gustos. Aquello del dicho popular: «Ojos que no ven corazón que no siente ... » Pero en el sentido cristiano parece que, al menos, para conocer en profundidad es primero el amor: «Conozco porque amo.» Y sobre todo tenemos lo que dice Jesús: «Si alguno me ama guardará mis mandamientos» (Jo. 14,23). Todo esto parece muy lógico. Pues se trata del conocimiento de Dios, que es Amor, y al amor se llega por el amor. Además, porque cualquier mandamiento cobra sentido cuando se ama, bien su contenido, o, mejor, a la persona que lo ha dispuesto. 50
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