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po Místico. Por tanto; la madre de la· Cabeza -qUe es Jesús- ttene que serlo de todos los otros miembros. Es ley de vida. Y en eso está justamente el fundamento de la maternidad espiritual de María sobre los cristianos. · La liturgia escoge para la· gran festividad de la Maternidad divina de la Virgen, que abre el año, una proclamación del amor de Dios por los hombres. Porque el intento de Dios -que es una familia divina- .fue pro– longar esa familia sobre la tierra. Por.eso «nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos por Jesucris– to». Esta breve frase de San Pablo lo condensa todo. Pues el ser. hijos adoptivos por Jesucristo es mucho más que ser hijos adoptivos. San Pablo utiliza metáforas -igual que nosotros– para expresar realidades superiores que no acierta. a expresar de otra manera. No tiene palabras, como tantas veces nos sucede a nosotros. Pero bien sabemos que la realidad supera a la comparación. Por ello, al decir hijos adoptivos no podemos entenderlo en el sentido legalis– ta en que se adoptan ahora, por ejemplo, los huérfanos o no huérfa– nos del Vietnam. Por Jesucristo hemos sido elevados a una vida divina. Hemos sido redimidos por él, elevados a una vida de gracia, con capacidad de co– nocer y amar a Dios como él se ama. Hemos nacido no de carne, ni de sangre, ni de deseo de hombre, sino de fe y gracia. Somos, en este sentido sobrenatural, de raza divina. Y, por tanto, la adopción divina se fundamenta sobre una base divino-humana que Jesucristo cimentó en la tierra. Y el otro pensamiento para este domingo tan próximo a la fiesta anterior es... bien claro. Somos hermanos de Cristo, el Hijo de Dios -por antonomasia-, nuestro Padre; el hijo de María, el que la hizo, por eso mismo, Madre de Dios. Somos hermanos del Hijo, por tanto ... Estas son algunas de las muchas bendiciones de Dios a los hom– bres que se ofrecen a nuestra consideración en este primer domingo del año. 25

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