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eri. medio de los macizos de. los jardines, es unlcl bella imagen de lo que constantemente se re– pite ·en el profundo centro del alma interior: es la comunicación con el Amado que ,se .reaHza una y otra vez sec1')etamente en ese profundo centro. Esta comunicación viene a ser una con– versación sin palabras como murmurio de agua que cae en suave lluvia. Eil Amado habla al al– ma por medio de secretas y delicadas inspira– ciones, y el alma habla al Amado por los afec– tos santos en que vuelca su corazón. Por eso nos dice ella : un coloquio amoroso, · cual silbo suave ·y blando, está siempre en mi casa resonando, Este coloquio entre Dios y el alma es como murmurio rumoroso, de un surtidor, por ser. constante y monótono. Una y otra vez repite fas mismas cosas. Este es el lenguaje del amar que no se cansa de haibla:r y escuchar el alma, que vive en continua comunicación con Dios. Ella dice al Amado que le ama sobre todas las cosas y oon todas lais .fuerzas. Y el Amado repi– te al alma que su amor para con ella es infinito y eterno. Este coloquio entre Dios y el alma es como silbo suave y blando,· porque penetra en eil alma algo así como delgado soplo de viento, 97 7. - El poema de la vMa interior.