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Flores del corazón también bellísimas son 1os afectos santos por medio de los cuales el alma se mantiene en contacto con Dios, y ha– ce que suba su pepfume al corazón mismo del Rey de los cielos. Con ilo cual viene a realizarse lo que dice le Esposa del Cantar de los canta– res: «Mientras reposa el rey en su lecho, ex– hala mi nardo su aroma» (Cant. 1, 12). Estas bellezas del aJ.ma interior quedan real– zadas con el lenguaje íntimo y amoroso que dirige al Amado. Lenguaje que es más delicio– so para el Señor que toda la armonía que pue– de escuoharse en la naturaleza visible. Este es el cántico del corazón que hace recordar los cantos de los pájaros, los rumores y tlos re– zos que preludian las frondas y las fuentes en el silencio de la noche. Este es el cántico que resuena en la interdor morada del alma, per– lada de rocío y de fragancias henchida. Pero lo más bello, lo más armonioso, lo que más deleita al alma es oir la voz del Amado que dentro de ella resuena como el más sonoro y expresivo canto del cielo y de la tierra. La Espos·a del Cantar de los cantares sin– tió estando como adormecida la voz del Es– poso que resonando en sus oídos penetraba-has– ta lo más íntimo de su corazón, y a:l ,sentirla exclamó a1borozada : - ¡ La voz del Amado! (Cant. 2, 8)., 60