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zón el remordimiento que sigue al pecado cu– briendo de trist,eza al alma. Ella es ,00:mo una. suave unción que nos conforta, nos inunda de paz, suaviza las asperezas de la vida, La gracia nos embellece. Comunica a todo nuestro interior una sohrenaitural hermosura que es par.tíoipe de la misma hermosura de Dios. La gota de rocío que es de suyo incolora, al ser bañada por 1:a !luz del sol, se vuelve hermo– sísima de suerte que parece una perla oriental que refleja los colores del prisma. Esto no es más que una pálida imagen de la hermosura que la gracia comunica a nuestra alma. El agua y ila luz gozan de otra cualidad en gran manera excelente que hemos callado de intento para .11eoo1,dar1a ahora y explicarla de conjunto. El agua y la luz, sobre todo, son ele– mentos de vida. Ellas son las que sosti,enen y desarrollan las ener,gías vitales que faten en la naturaleza. Para convencernos de ello,·no tenemos más que entrar en un jardín y nos quedaremos ad– mirados ante la exuberancia de las plantas y la belleza y perfume de las flores. Es que ese jardín está bien regado y bien bañádo por los rayos del sol. Sin el agua y 1a luz solar no sería más que un terreno seco y baldío, envuelto en tinieblas. · 51

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