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El alma que: nos cuenta los procesos. de su vida interior nos dice en su poema : Bebí del agua aquella; Es decir, recibí, en. mí, la gracia de Dios y cooperé a ella, deján.dome conducir de sus divi– nos impulsos. Me entusia:srné. con sus e.xcelen– cias y hermosuras. Sintiendo los más vivos de– seos de participar de ella con toda ..abundan– cia, me volví a mi tierno Amado para repetirle las palabras de la Samaritana : « Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed» (Jn., 4, 15). Esta frase puede ampliarse de esta manera: - He coffido, mi Dios, por eil mundo, bus– cando en él agua para apagar mi sed, y no ha– llé más que agua cenagosa que no hacía más que aumentar mi sed. Me creía desfallecer pe– regrinando por 1a tierra en busca de una fuen– te de agua fresca y cristalina hasta que nie vol– ví a Ti en el colmo de mi desfallecimiento y vi tu Costado abierto, y comprendí que sólo de El brota el agua que necesita mi corazón. Sólo Tú puedes apagar la sed que me devora. Quiero beber de tu agua hasta saciarme. <<Señor, da– me de esa agua para que no vuelva a tener sed». Otro símbolo de ,la gracia es· la luz. Jesús, al mismo tiempo que se· nos presenta en el Evan- 48

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