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Se oonvencen de que todo cuanto hay en el mundo es efímero y deleznable. «Todo vanidad y aflicción de espíritu». Se dan cuenta de que las criaturas no pueden ni con mucho llenar lás ansias de su corazón, el cual ·se siente enfer– mo, padeciendo una profunda nostalgia de Dios. Tras el deseo de regeneración espiritual, vie– ne el golpe de gracia, seguido de una fiel corres– pondencia. Entonces se realiza lo que el alma . expresa en estos versos : Me alcé de mi yacija; con alegre presura abrí mi puerta; El :a:lma se. alza del miserable estado del pe– cado o de ila tib1eza, que es como hedionda ya– cija, co:n a1egría y apresuramiento. Es verdad que siente profundo dolor con el recuerdo de sus misrerias ; pero se le ensancha en gran ma– nera el corazón pensando en ,los bienes y con~ suelos que ha de hallar con su fiel correspon– dencia a la gracia. Y así alegre y apresurada, abre sus puertas para que penetre bien en su momda, la luz de lo ,a:lto. Con esta luz del cielo, a los ojos de la fe, se le presenta Jesús como el Esposo más ena– morado, que le ofrece su amor y su paz. El es q1.1íen la ha J:1edimido con sú Pasión y. Muerte. El, quien .la ha solicitado 'una y otra vez con su 38

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