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He aquí da,. sqblimidad de .la gracia:. nos vuelve aptos para, ,participar ·del ser dé Dios de una manera sobrenatural. .NO:s dispone para conocer a Dips .eµ sí mismo y amarle según este conociµüento, Esta partici¡pación del ser de Dios en el conocer y en el amar tan sólo será perfecta en el .cielo. Allí, .según frase de San Juan «ve– remos a Dios .tal como es en sí» (1 Jn. 3, 2t «Ahora - dice· también San Pablo - veo por espejo y oscuramente, entonces veremos cara a cara... Conoceré como soy conocido» (l .Cor. 13, 12). En ·la tierra todavía nos hallamos envueltos en ,sombras y enigmas ; pero aún así podemos afirmar que participamos· del ser de Dios por la gracia, porque la gracia no es sino el germen de la gloria. El germen en el orden natural con– tiene en sí potencialmente el árbol o ila.planta. De este modo la :grácia encierra ·en sí el princi– pio de la gloria. Es ·una. semilla o anticipo,qe ella. La gracia de Dios no es sólo principio vital de la vida interior, sino que también es lo. que . da vida a todas nuestras buenas acciones. Es un movimiento, un impulso, una fuerza inter– na que nos lleva a apartarnos del mail y a prac– ticar. el bien. En ~ste sentido se llama. gr~cia actual. 20

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