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más .que en su divino serv1c10, vive a m.erced de lo que Dios obra en ella. Por eso añade en nuestro poema: No me cuido de nada. El alma entonces es como el timonel. que por un mar tranquilo avanza dejando su barca a merced del blando soplo de una suave brisa. <<No me cuido de nada» - dice -. Esto es, no tengo ninguna preocupación, )'.lingún pesar, ninguna lucha, ningún trabajo. Todas las cosas del mundo me son indiferentes. Dios me va con– duciendo por la vida y yo me dejo llevar de su amorosa mano. Sigue el verso : De todo desasida, El desasimiento de todo lo creado .es la con– dición indispensaible para llegar a la unión con Dios. Lo declara San Juan de la Cruz en estas palabras: <<El que ama criatura, tan bajo se queda como aquella ériatura, y, en alguna ma~ nera más bajo; porque el amor no ,sólo iguala, más aún sujeta al amante a lo que ama. Y de aquí es que por eil mismo caso que el alma al– go se hace inca:paz de l,a puna unión con Dios y . su transfomación. Porque mucho menos. T39

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