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imprescindible librarse del múltiple ajetreo en que viven los hombres olvidados de Dios ·y de su bien espiritual. Por eso el alma interior can– ta en nuestro poema : al mundo vivo muerta y escondida. Morir al .mundo y a isí . misma, esconderse en Dios,· es 1o que el alma de vida interior es– . tá constantemente realizando. Al poner es,to en práctica viene a decir : «No me busquen los mundanos en medio de su agitación y bullicio, porque estoy muerta a sus gustos y aficiones. Me hallo escondida c.on Cristo en Dios, retirada en el profundo centro de mi corazón, donde el Señor ha colocado su trono de amor. Mi alma, mi cuerpo, mis po– tencias y sentidos, todo mi haber y todo mi obrar no se halla ocupado en otra cosa sino en complacer al Amado. Por ello puedo repe– tir con San Juan de la Cruz : Mi a1ma. se ha empleado, y todo mi caudal en su servicio, ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio que ya sólo en amar es mi ejercició. ( Cántico espiritual) Cuando el ali:na ha hecho .•al Amado total donación de sí rríisma, cuando no se emplea 138