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VII LA PRIMERA CONSAGRACIÓN i Jueves Santo! ... i Primer Jueves Santo! ... Atardecía. Los apóstoles, comisionados por Jesucristo para preparar el cenáculo y las demás cosas necesarias en la celebración de la Pascua, habían cumplido con su com.etido hasta en los más ins)gnificantes por- menores. · El cenáculo estaba bien acomodado; sacrificado el cordero, puesto en medio de la mesa; allí tam– bién las hierbas amargas, el vino generoso, el pan ácimo. Todo, según, lo mandaba la ley. Jesús llega al obscurecer con los apóstoles, y después de las purificaciones de manos y demás lavatorios, establecidos por la costumbre, penetra en la gran sala, donde ha de celebrar la última cena y donde repartirá la primera Comunión. i Qué emociones tan intensas sentiría en aquel entonces el buen Jesús! Ve llegada la h.ora tan vivamente por Él deseada, parn dar una prueba elocuente a los hombres del amor que les profesa, y sonríe de gozo. Todo convida en aquellos momentos a la aiegría más íntima. Así lo manifiestan en su rostro los apóstoles, porque una vez más comerán con Jesús el cordero. En el corazón de Cristo luchan con insistencia dos afectos muy contrarios entre sí: alegría y tris– teza. 37
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