BCCCAP00000000000000000000931
«¿Sabéis lo que acabo de hacer con vosotros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, pues lo soy. Pues si yo, Maestro y Señor, os he lavado los pies, también vosotros mutuamente unos a otros debéis lavaros los pies. Ejemplo os he dado, para que, como yo lo he hecho con vosotros, del mismo modo lo hagáis vosotros.» La ceremonia terminó con la misma sencillez con que había comenzado. Jesús volvió a sentarse a la mesa. Había dado una lección sublime, que los após– toles se encargaron de recoger, y que no echaron en olvido. También ellos se lavaron los pies mutuamente unos a otros, y los lavaron a los pobres, y los lava– ron a los peregrinos, y a los caminantes, y trans– mitieron la lección y el ejemplo a todos sus su– cesores. La Iglesia ha recogido maravillosamente la lección de Cristo. Todos los años, en llegando la festividad del Jueves Santó, sus ministros, los sacerdotes, los obispos renuevan aquella escena del cenáculo; ante doce pobres se arrodillan, y les lavan los pies, y se los besan. ¿Qué mucho que el hombre se humille ante el hombre? ¿Qué mucho que el polvo se postre ante el polvo? Antes se postró Dios ante el barro. Exem– plum dedi vobis-«Ejemplo os he dado. Haced vos– otros lo mismo.» Los apóstoles ya estaban con este acto prepara– dos para recibir la Comunión. Sus pies también estaban dispuestos para marchar por los pueblos para evangelizar. Cuando suene la hora, así lo harán. 30
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz