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y ellos hablan y se comunican entre sí y con el Maestro, y quieren acercarse a él mucho, mucho ... ; entonces Jesús se levanta de la mesa, quítase el manto que de ordinario llevaba, y se dispone para hacer algo inusitado. Al ver los apósto.les la actitud de Jesús, se mira– ron sorprendidos unos a o¡ros con oios desmesu- radamente abiertos. "' ¿Qué pensará? ¿De qué se tratará? Porque todo aquello estaba fuera del programa y de las rúbricas. Y como estaban acostumbrados a verse sorprendi– dos frecuentemente con hechos extraordinarios de Jesús, máxime en aquellos días, calla.n y le dejan obrar, mirándole de hito en hito, sin atreverse a proferir palabra. Efectivamente, inusitado y nunca visto es lo que presencian ahora los apóstoles. Sorprendidos por la actitud humilde del Maestro háseles formado un nudo en la garganta, que no les deja hablar. Jesús se ha ceñido a la cintura un lienzo blanco; luego pone agua en una jofaina, y de rodillas ante los apóstoles, comienza a lavarles los pies uno des– pués de otro. El cuadro aquel resultaba por demás emocionante, tierno, conmovedor. Jesús arrodillado ante el hombre ... ; toma los pies manchados por el polvo del camino en sus manos divinas; los lava, los enjuga, los besa con ternura de madre.... Aquello era demasiado; aquello era el colmo del abatimiento. Pero llega un momento en que Jesús encuentra oposición, resistencia 'tenaz a su obra. Uno de los 27