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tu· Santo experimente la corrupción» (Salmo XV, 8-10). Jesús de mis amores, Señor piadoso y bueno, consuelo de los tristes, yacente Nazareno, imagen del dolor: Permite que a tus plantas incline yo mi frente, y bese tus heridas, bebiendo en esa fuente suavísimo licor. Y mientras el cuerpo yacente de Jesús muerto permanecía reposando en el sepulcro, rodeado de las tinieblas y en medio de la más dulce calma, su alma santísima se encaminó al limbo, donde espera– ban su llegada con vivas ansias las almas de cuan– tos antes que Él habían muerto en la gracia de Dios. A aquellas moradas de la esperanza llegó el alma bendita del glorioso Triunfador, más resplandeciente que el sol, llenando aquel lugar de luz intensa; radiante, anegando a sus moradores de alegría .sin. igual, convirtiendo de improviso el limbo en un cielo anticipado. Allí pasó el alma de Jesús los tres días que su cuerpo estuvo en el sepulcro, comunicando con los ·que allí moraban y manifestándoles la gran obra que acababa de realizar; que. las potestades in– fernales estaban derrotadas para siempre, humi– llada la muerte, y que dentro de breves horas con– firmaría la victoria con su gloriosa y triunfante resurrección, saliendo del sepulcro por su propia virtud para nunca más morir. 203
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