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J\lgo extraordinario e inusitado pa 1 ~ J-\realizar el buen Jesús, dados los que se ven en la casa de Lázaro, su amigo de Betania. «Qué pensará hacer?» se preguntan admirados los apóstoles unos a otros. Es cosa bien extraña, ya que su sencillez de todos es conocida. Durante su vida de apostolado en los tres años anteriores, nada llamativo, nada extraordinario, nada que saliera de las normas ordinarias de la vida. Pero aquel día, como si se tratase de entrar triunfante al estilo de conquistador en la ciudad de Jerusalén; como si pensara dar el golpe de gracia a la ciudad rebelde a sus doctrinas, proterva a sus enseñanzas, de dura cerviz a sus milagros repeti– dos, -- aquel día, ·sí, se presentará en forma inu– sitada. Efectivamente;. Jesús quiere dar el golpe, y ver si con aquella última llamada consigue a,lgo.... Pero ni por esas se doblega Jerusalén. Es muy grande la soberbia que anida en su cora– zón; demasiado pagados de sí mismos están los grandes de Israel para doblegar sus altivas frentes ante un galileo, que hasta hace tres años no más permaneció desconocido. . . . ¡Doblegarse ante un galileo, lo último de la sociedad! Ellos ... ellos ... ¿no eran los intérpretes de las Escrituras Santas? ¿No eran los maestros autorizados del pueblo? 1 Madridanos, Cristo paciente