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Siempre es Viernes Santo para el cristiano mien– tras está en el mundo; y por un momento de dulce consuelo que experimente, encontrará muchos cáli– ces amargos; entre una rosa sentirá las punzadas de mil espinas, que, penetrando en sus miembros, de ellos harán brotar regueros de sangre. Siempre es Viernes Santo para el cristiano, con– jurándose contra él las humanas pasiones y los poderes del infierno. Pero no debemos temer a los que tan sólo quitan la vida del cuerpo, y nada más pueden hacer. Son ellos los instrumentos de que Dios se vale para purificar el oro, sacándolo ·limpio del fuego de la tribulación. Confiemos, confiemos siempre. Que después del Calvario está el Tabor. Después de los tormentos viene el descanso eterno. Después de la muerte ignominiosa seguirá la triunfante resurrección. 102
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