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REFLEXION francisco de Asís se entrega a Cristo, J Jesús le lleva al Padre. Dios es nuestro Padre.- Una de l11S rosas que marcan la vida de los hombres es la idea que se tenga de Dios. El franciscanismo es alegre, libre y pobre porque vive una visión providencialista de Dios. Si Dios es Padre, Francisco puede vivir desprendido, alegre, confiado, fraternal: - Si Dios cuida de las flores y las aves, más de él. .. - «Hasta ahora he llamado padre mío a Pedro Bemardone. Desde ahora diré: Padre nuestro que estás en los cielos... » Y lo deja todo: vestidos, amistades, diversiones, preocupa– ciones, dinero, alforjas... y se desposa con «dama pobreza». la consecuencia de creer que Dios es Padre. antiguos no sabían definir a Dios. Para ellos Dios era el sin nombre, el que es, el grande y omnipotente, el señor del mundo. Jesús nos trajo la ga-an noticia de que Dios es nuestro Pa– dre, que nos ama, que cuida de nosotros. Tertuliano diría que «nadie es tan padre como nuestro Dios». Francisco de Asís vivió especialmente esa realidad... y se echó en sus brazos paternales predicando un evangelio de li– bertad y de alegre pobreza, sin tachaduras ni añadidos. Que Dios es un Padre no era para Francisco un dogma frío, sino una experiencia religiosa profunda. Lo demás ya fue respues– ta. Amor y egoísmo son incompatibles en un corazón. El amor exige renunciamientos y engendra desprendimiento. lEl amor quiere ser libre y rompe todas las ataduras... ¿Qué es para nosotros Dios? ¿Qué supone en nuestras vidas? Para muchos Dios es el gran olvidado, un desconocido, un ser que está muy lejos, allá en las alturas. Para otros es el ser ·que crea, ordena y conserva. Para los cristianos debe ser un Padre que ama y cuida pro– videntemente. Somos responsables del rostro que el mundo ve de Dios. ¿Qué imagen proyectamos de nuestros Dios? ¿Un Dios juez, ausente, lejano o un Dios amigo y padre? 18

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