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limo pone tonos osemos en la juventud de ís, pero S11n Buen11ventura afirma categóric11- razón y el alma de Francisco permanecieron s en la gracia de Dios... La expresión del o yo estaba en pecado» hace referencia a la ntos pierden el tiempo y malgastan sus ener- es efímeras... todo era y cantaba su alegría a los a con un cúmulo de virtudes humanas enri– poeta, educado, trovador, juglar, espontáneo, 1a todo. Le encanta lo bello, cuanto le dice ermosa. En su alma hay un trono para la bon• in, la ternura, la amistad. El compañerismo, la sión bullanguera, la música, los aplausos de 0s que le aclaman «el rey de la juventud de sus primeros pasos juveniles. y dentro, está su problema íntimo: ¿Qué ir' r, poeta, juglar, caballero, militar, santo? , abia nostalgia de algo grande. El no había na– re, para ser uno m,s. preparada para la irrupción de Dios y para tegral. enir la prisión con su tiempo para pensar en edad, la convalecencia... irrumpe en su vida rompiendo lazos y atadu- ogo: cisco, ¿a quién vale más servir, al señor o ·aJ or. por qué desatiendes al señor por el servidor? quieres que haga?... » se abre, se entrega aI gran ideal. imos atentos a la voz de Dios? ¿No vivimos que nos impiden escuchar a Jesús? ¿Hay mu- 1e nos impiden abrimos a su voluntad?