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ACLAMACIONES - Rosa del Carmelo, perfúmanos en alma y cuerpo para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos. Dios te salve, María... - Estrella del mar, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria. Dios te salve, María... - Reina del cielo, que un día, junto a ti, gocemos de una eterni– dad para proclamar la grandeza del Señor porque el Poderoso hizo en ti maravillas. Dios te salve, María... REFLEXION El título de la Virgen del Carmen nos habla de una Madre que nos ama y se preocupa de nosotros. Ella es una nubecilla que anuncia lluvias en épocas de sequía. Ella es puerto que ofrece seguridad en medio de las tempestades. Ella es la estrella del mar que nos alumbra en la noche oscura... Ella es la madre que nos dice que no nos abandonará jamás. Por eso pueblos y ciudades se colocan bajo su patrocinio. El mar y el Purgatorio la invocan como patrona. El escapulario es signo y compromiso. La llamamos en él Reina y Madre. La decimos que puede y quiere ayudamos. Pero a la vez recor– damos nuestra colaboración. Ella respeta nuestra libertad y cuenta con nuestro esfuerzo de cada día. Tenemos que admirarla, amarla, imitarla y acudir a ella. Hace años, «La Piedad» de Miguel Angel fue llevada a América con toda clase de seguros y un marinero devoto le confiaba al periodis– ta: «Hemos hecho un viaje feliz porque ella venía con nosotros»... (Medita brevemente y pide la gracia que desees.) 30

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