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ACLAMACIONES - Rosa del Carmelo, perfúmanos en alma y cuerpo para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos. Dios te salve, María... - Estrella del mar, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria. Dios te salve, María... - Reina del cielo, que un día, junto a ti, gocemos de una eterni– dad para proclamar la grandeza del Señor, porque el Poderoso hizo en ti maravillas. Dios te salve, María... REFLEXION La vida es lucha, esfuerzo, peligro. Contamos con la madre de la tierra. Ella vela a nuestro lado y nos protege. Mas debemos contar con María. Ella es Madre, protectora, media– nera de todas las gracias. Una de las más bellas comedias de Tirso de Molina se titula «La prudencia en la mujer». En ella aparece la reina María de Molina, viuda, defendiendo con coraje a su hijo Fernando IV, a quien los no– bles quieren arrebatar el trono... Recuerdo especialmente una escena en la que aparece la puerta de la habitación del niño, que está enfer– mo; sobre la puerta, como protegiéndola, hay un retrato de la reina madre, doña María. Los traidores han ganado al médico para que con una presunta medicina lo envenene. El malvado se dispone a hacerlo y, con un vaso que contiene la ponzoña, va a penetrar en la habitación real. En el momento mismo en que intenta abrir la puerta, cae de su sitio el retrato de la madre y cubre la entrada... He recordado siempre la escena como símbolo de la protección de la Virgen sobre nosotros. ¿Has sentido en tu vida esa mano y ese manto protector? (Medita brevemente y pide la gracia que desees.) 21

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