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REFLEXION Dada la condición noble de Pancracio, quienes le apresa– ron le llevan ante el emperador. Diocleciano se propone atraerle por todos los medios. Pro– mesas y amenazas se suceden. El diálogo final nos lo han transmitido las Actas de los mártires así: -«Tierno joven, te aconsejo que no quieras morir entre tor– mentos, con muerte prematura e ignominiosa... Acuérdate de que eres hijo de noble estirpe, de Celedonio, de quien foi gran amigo. Esto quiero conseguir de ti: que abandones esa locura de los cristianos y vivas conforme vivieron tus antepa• sados. Si esto haces, te prometo engrandecerte mucho más; nunca te alejaré de mi lado y seré para ti un verdadero pa– dre. Y advierte que si te desagradan mis palabras cariñosas y rechazas mis promesas, te hago matar... ». --«No quieras errar en vano, augusto emperador, midiendo mi juicio por mis pocos años. Porque nuestro Señor Jesucris– to se digna comunicarnos tal ánimo y entendimiento, que todo el terror de vuestros príncipes y jueces es para nosotros como esa vana pintura que aquí vemos. Por otra parte, esos dioses y diosas a quienes me aconsejas que adore son engaña– dores simulacros, demonios u hombres perversos... Admiro, emperador, que no tengas como afrenta adorar a unos demo– nios de costumbres y vicios tales, que si los vieses en tus cria– dos o siervos al punto mandarías los matasen». Diocleciano, confundido ante tal valentía, ordenó retirar al joven de su presencia, llevarle fuera de la ciudad y que allí fuese decapitado. Dios creó al hombre esencialmente libre para que cada día libremente le ofrezca el canto de su sumisión. Pero ante su corazón se alzan multitud de criaturas que tratan de atraerle y esclavizarle. Su grandeza estará en ser señor, en saber dominarse a sí mismo y no dejarse esclavizar por nada ni por nadie como hizo San Pancracio. La libertad es un don, pero también es lucha y conquista. ¿Te maravilla este valor en un joven de catorce aí'íos? ¿Tendrías tú tal valentía? ¿Cuántas veces callas y ocultas tu fe por miedo a una sonrisa, por miedo al qué irán a decir? Medita brevemente y pide la gracia que deseas alcanzar. 21