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una copia de aquella Familia Santa de Nazaret, en la que cada uno cumpla sus deberes. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén. REFLEXION Y a establecidos en Roma, Pancracio y su tfo Dfomsio ad• vierten que en la c11s11 vecina hay reuniones de personas bue– nas. Afü vive oculto el Papa Cayo y se reúnen los cristiMO!I, y desde elfo proyectan su fe. Esto hace que nazcan en tfo y sobrino curiosidad, admira– ción, deseo de conocer a los cristianos y ser como elfos... ¿Qué proyectan hoy los hogares cristianos? La Iglesia viene repitiendo que la familia es una institu• ción, de cuyo estado de salud depende la revitalización de ]a comunidad cristiana. La frase tantas veces oída de «hogar: pequeña iglesia do– méstica», debiera ser motivo de reflexión. En el primitivo cristianismo las «casas» tenlÍM una impol'> ta11cia trascendental. En ellas se realizaban las reumones }»Ml'a celebrar la- fe. _De la «iglesia doméstica» como lugar de acogida de la asam• Mea cristiana se pasa ll lll ooncepeión de que la familia es una «iglesia en pequeño», en la que los esposos deben des– empeñar una función en cierta manera sacerdotal. Los santos padres insisten muchas veces en frases como «haced de vueso tro hogar una pequeña igl.efi.Ía; exhortad, avisad, corregid, oou– páos de la salud espiritual de todos los miembros, celebrad vuestra fo en el1111...». El Concilio recogía esa enseñanza uf: «En esta especie de iglesia doméstica los padres deben ser para sus hijos los pri• meros predicadores de la fe mediante ia palabl!'II y el ejemplo». ¿Lo hacemos así? ¿Son rmestros hogares lugares de culto, de evangelización, de catequesis, de santificación? Medita brevemente y pide la gracia que desea.s conseguir. 9
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