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PRECES - Tú te santificaste en tu hogar, María. Ayúdanos a san• tificarnos en nuestro trabajo. Roguemos al Señor. - Tú que en todo momento agradaste a Dios, alcánzanos que nuestras vidas sean agradables a sus ojos. Roguemos al Señor. - Tú que fuiste coronada como Reina en el cielo, obtén para nuestros difuntos la felicidad eterna. Roguemos al Señor. ORACION FINAL Virgen María, Señora de la fidelidad y del servi– cio, hoy he venido a ofrecerte mi trabajo, el trabajo que a veces me cansa y aburre. el trabajo monóto– no de cada momento. Dios impuso a los hombres la ley del trabajo. Tú fuiste una mujer trabajadora, un ama de casa humilde. Enséñame a trabajar como tú, a no tener miedo a lo difícil, a poner amor en todas mis obras, a sen– tirme colaborador de Dios para hacer un mundo más feliz. Me hace mucho bien recordarte como ama de casa trabajadora. Me da ánimos para mi vivir. He leído en la Palabra de Dios que «ya comáis, ya bebáis o hagáis cualquier cosa, hacedlo todo para gloria de Dios». Tu trabajar era un himno de Amor a Dios. Enséñame a trabajar así, y a hacer de mi trabajo una fuente de santificación. viendo en él I a volun– tad de Dios y un servicio a los hermanos. Te lo suplico por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 23