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PRECES - Tú eres Madre de Dios y Madre nuestra. Que siempre sintamos tu protección. Roguemos al Señor. - Tú eres auxilio de los cristianos. Que nos des coraje y valentía para testimoniar la fe. Roguemos al Señor. - Tú eres consuelo de los afligidos. Que nos obtengas sa– lud a los enfermos y consuelo a los tristes. Roguemos al Señor. - Tú eres Reina de la paz. Que todos los hombres viva– mos como hermanos. Roguemos al Señor. ORACION FINAL Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre mía. Tú eres la Madre del Cristo total, de la Cabeza del Cuerpo Místico, que es Cristo, y de sus miem– bros, que somos nosotros. Cuando acompañabas a Jesús moribundo en el Calvario, escuchaste de sus divinos labios que nos encomendaba a tus cuidados maternales. Hoy te quiero invocar con el nombre más bonito que jamás se inventó: ¡Madre! Te siento muy cerca. Te quiero siempre así en los momentos difíciles, en los momentos tristes y también en los alegres. Que nunca me falte tu com– prensión, tu ayuda, tu aliento maternal. Quiero pedirte que yo te sienta siempre como Madre y que no me abandones jamás a mis capri– chos. No te merezco, pero te necesito. No renun– cies nunca al don de mi corazón que hoy te hago. Soy tuyo para siempre, Madre mía. Que siempre me porte como hijo tuyo, reflejo de tu bondad. Te lo suplico por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 19