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a Ti que vives y reinas Pº" los siglos de los siglos. Amén. REFLEXION E! hombre es esem::illllme1111te libre y así debe vivir. Dios quiso fo mejor para el hombre y le hizo libre para que libremente le ofrezca cada día el c1111111to de su sumisión. Pero e1111 el interior de cada hombre hay fuentes de esclavi– tud y ésa es 1111 batalla de cada día. Los enemigos de nuestra libertad son los siete pecados capi– tales: ira, envidia, hujuria, soberbia, avaricia, gula, pereza. Ser libres es ser capaces de dominamos en hapr de decir si a todo fo que nos apetece. Nos lo recordaba el Concilio Vati• cano 11: «La dignidad de la persona humana reqimiere que el hombre actúe según 11111 conciencia y libre elección, es decir, movido por COJlllvicción interlllla persollllal y no bajo pn::sión de un ciego impulso interior o de la mem coacción externa». Abusar de la libertad es perderif;II. «El que comete pecado es esclavo del pecado», y hay una larga lista de esclavitudes: del miedo, del dinero, del respeto humuo, de la carne, de la moda, del tabaco, del alcohol, de III droga... La grandeza del hombre está en ser dueño de si mismo y vivir en libertad. Si solamente haces lo que te gusta o porque lo hacen los demu, no eres libre. Si claudicas ante la laacha y tienes miedo al esfuerzo, 110 eres Ubre. Si crees en Jesús y le sigues fielmente, entonces sí eres libre... Reflexiona brevemente y pide la gracia que deseas alcanzar. 27

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