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y ofenden todos los pecadores! Abrásanos, Jesús mío, a todos en tu santo amor, y abrasa éste mi frío corazón para que amándote viva y amándote muera. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. REFLEXION El mulll!do 11e ha vuelto profano. Dios mena en 61 e111da v\ea: menos y plU'eCe influir Clllda díllll lllll!Coos en las vidas de los hombres, Como si hubiese plll!lllildo de moda, Los viejos profetu repetiílW u.u pm uentuión: «Los hombres hlllln abandonado a su Dios, le h111n dado 1111 espal~. ¿Es el retrato de nuestm soeieded? Si acepta a Di.os, El debe 1er el centro de tu vida, J te verás forYdo a proollllmittlo, a dllllrie a oonooer, a celebrarlo. !Estará en tu mente, en tus llllbioo, en tu ooruón. Los grandes l!llWtoo vivían a111 praenellll y 00111fesión de Dios. Francisco de Asfs 11e figu.naba todas la «:OSai oolpndo de la mano divina. Teresa de Jesús vefa a m Die1 huta «entre loo ¡pucheros». Juan de 1111 Cll'WI berml!Mffl'I del Creador en todas w obra: ma111Hilci, pioo por estos sotos con premun11, y, yéndo e1 minllllldo, 00111 sollll su fa. gura. vesddOIIJ los dejó de mu hell'mO!ilffll.. _,,. Nuestros mayores repetían OOG!ltantelllll!Cnte el nombre de !Dios: en el saludo, en 1111 despedida, cm 1111 mamma,, en el atar• decer. ¿ Y no110troo? Si Uev4iramoo a Dioo en nuestru mentes y en nuestro ooruón, luego lo llevaríamos a 1111 vida, 11eri11mos tes• tigos suyos en una med11d que quiere olvidarlo. Para ello tellldremos que aetualmir nuesmi idea de Dioo, pu!CS el Comillio nlDl'I 111cusa de haber «veledo, • que ~ve– lado, el genuino rostro de JDiOIIIO. Llevemoo Dios a I&& vida, pero un Dioo verdadero: creedor, providente, Padre, juez justo J miserioordioso, redentor, fiel, lleno de amor y justicia... ¿Qué valor tiene Dios en tu vida? ¿Cómo te preocupa? ¿Cmil es tu imagen de IDiM? ¿Qué ftllilreHDt11 para ti? ¿Te avergüenzas de oonfeSIU' tu amor y tu fe en El? Examínate brevemente y pide la gracia que deseas al– canzar. 21

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