BCCCAP00000000000000000000926

corazón y que todos nuestros pecados. Tú eres el creador de un futuro nuevo. Tú eres la luz, el maes– tro. Acéptanos como somos y haznos como Tú quieres que seamos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. REFLEXl'JN Desde IOIII orígenes del m1.mdo la luz aparece asociada 11 Dios y a sus seguidores. La luz es la primera creatura de Dios. Dios se muestra en la uru ardiendo. Una nube luminosa sobre el arca es el sig– no de la presencia divina. Dios aparece como la gran clari• dad, la b.sz , la verdad... Jesús vino al mundo como «lm para iluminar a las gentes», y se presenta diciendo: «Yo soy la lm del mundo». Los Evam• gelios son una proclamación de esa realidad: «Jesús comenzó a obrar y a enseñar... Todos los días estaba en el Templo enseñamdo. .. Vosotros me llamáis maestro y decís bien, pues lo soy... Uno es vuestro maes– tro... » Ser luz y ser maestro dice una referencia a nosotros: debe• mos d,:jarnos i.lumi1:1111r y debemos dejamos enseñar para se-· guirle... Es muy triste ha fr11se de que «la luz brilló en medio de lo¡¡ hombn:s y los hombre¡¡ no la recibieron». El cristiano es un hombre que ha sido llamado de las linie– blas a la luz. Es Ull iluminado que debe irradiar el poder iluminador del mensaje de Cristo. Con esa misión nos ha de– jado JeGús: que vean vuestras buenas obras y el mundo crea. A travé& de nosotros, de nuestro testimonio, los hombres juzgan a Dios. t8 Cristo nos dijo: «Yo soy 111 luz. El que me sigue no anda en tinieblas». ¿Me dejo yo iluminar por El? ¿Eswdio su peroona y su mensaje? Cristo nos repite: «Vosotros sois 111 luz del mundo. No se enciende una lámpara para ocuh11rl11, ~ino para po-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz