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parecer, se repitió otras veces en la vida de San Anto– nio. El tenia con Jesús la más dulce intimidad. No es extraño que Jesús le hiciera gozar de sus abrazos. San Antonio, en medio de su actividad apostólica, llevaba una intensa vida interior. El trato amoroso con Dios en él era continuo. Que el ejemplo de San Antonio nos mueva a conser– var la vida interior en medio de nuestros trabajos y preo– cupaciones. Padrenuestro, Avemaría y Gloria, etc. DIA SEPTIMO FLORECILLA ANTONIANA El demonio huido San Antonio predicaba en Padua la última Cuaresma. La ciudad entera estaba conmovida con su predicación. Pero el demonio a todo trance queria impedir su fruto. Una noche, mientras el Santo descansaba, una mano fuerte e invisible intentó ahogarle. San Antonio se dio cuenta de que era el diablo que querl.a quitarle la voz para que no siguiera predicando. Al momento el Santo hizo la señal de la Cruz e invocó a la Virgen. Abrió los ojos para ver la huida del demonio. Entonces su celda se vio inundada de luz celestial, en medio de la cual Nuestra Señora mostraba al Santo una maternal sonrisa. San Antonio continuó predicando y el fruto de su predicación fue copiosisimo. Cuando el demonio, con sus sugestiones, quiera impe- 272
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