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rico y fue sepultado en el infierno". Un murmullo ge– neral se alzó contra el predicador. Pero San Antonio les hizo ver cómo aquel rico avariento se habia condenado por tener su corazón pegado a su dinero. Les dijo que fueran a su casa y entre el dinero que guardaba en su arca, hallarían su corazón. En efecto, entre el oro y la plata, estaba el corazón del rico aún caliente. Por orden del Santo abrieron el pecho del difunto y vieron que le faltaba el corazón. La muchedumbre quedó consternada y lágrimas de penitencia corrian por todas las mejillas. San Antonio en esto nos da una sublime lección. Nuestro corazón no debe pegarse nunca al dinero, sino que debemos, ante todo, amar los bienes del cielo, don– de nuestro corazón debe estar. Padrenuestro, Avemaría y Gloria, etc. DIA SEXTO FLORECILLA ANTONIANA Con el Niño Jesús Se hallaba San Antonio en el Castillo del Conde Tisso, en Camposampiero. Una noche vio el Conde salir por los resquicios de la puerta de la habitación del San– to, rayos de luz clarísima. Miró por el agujero de la cerradura y pudo contemplar esta escena bellisima. San Antonio se hallaba arrodillado ante la mesa en la cual tenia abierta la santa Biblia. Un niño hermosísimo, irradiando luces de cielo, se acercaba al Santo y le ha– cía objeto de sus caricias. Esta visión del Niño Jesús, al 271

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