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guerra era algo fatal, como poner en conmoción toda la naturaleza y sacar de quicio todas las cosas. Para el buen cristiano, el martes es un dia como los demás, que podemos hacerlo bueno y santo, si lo em– pleamos en el servicio de Dios. El martes es precisa– mente el día escogido para honrar a San Antonio de Padua. En especial, sus devotos le dedican los tre~e martes que anteceden a su fiesta. El origen de esta devoción antoniana es muy antiguo. Poco después de la muerte de nuestro Santo se le comenzó a venerar en martes. San Antonio murió el 13 dejunio. No sé si se¡:á coin– cidencia; pero la fiesta de San Antonio es en dia 13. Este número es también fatal para los supersticiosos. No parece sino que el Santo de los milagros se ha pro– pues!o asestar sus tiros contra la superstición de tantas almas, que .tal vez ignoran muchas verdades de la fe y se forman creencias ridículas. El 13 de junio de aquel año era viernes. El martes siguiente tuvo lugar la traslación del cuerpo del Santo desde Arcella a Padua, según dejamos dicho en la bio– grafia. Y en este día obró en Padua San Antonio toda una serie de milagros. Este fue el motivo por el cual los habitantes de Padua tomaron costumbre de visitar y ve– nerar el sepulcro del Santo, especialmente los martes. Esto fue el principio de la devoción de los martes dedicados a San Antonio. Tras esto, se ·introdujo en Padua la costumbre de practicar nueve martes seguidos en honor del Santo paduano, y en estos martes se le honraba y se le pedia alguna gracia. Esta devoción se propagó luego por toda Italia, hasta que el año 1617 obró el Santo un prodigio estupendo por esta devoción. Dos esposos estaban muy apenados, porque, después de 22 años de matrimonio, no tenían sucesión. La esposa, en su tribulación, acudió a San 252

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