BCCCAP00000000000000000000925
su responsorio, son desterrados la muerte y el error, huyen el demonio y la miseria, los lepro– sos y demás enfermos quedan sanos; el mar se calma, son redimidos los cautivos, los miem– bros paralizados recobran su flexibilidad y las cosas perdidas son halladas. Por doquier se nota algo asi como una divina fragancia que conforta los corazones. * * * .Otra de las razones de la popularidad de San Antonio es su figura. Figura que reviste los más bellos atractivos. Es un hombre joven a quien sonríe y acaricia el Niño Jesús entre un perfume de azucenas. Esto es algo que encanta al pueblo. Se le considera como predilecto del Señor, que pasaba los dias y las horas en intimes coloquios con su Jesús. Al parecer, debía ser un hombre, cuya vida no era sino un anticipo del cielo. Es verdad que éste no es el genuino concepto de San Antonio. Cierto que tuvo sus arrobos místicos; pero éstos no fueron más que mengua– dos relámpagos o atisbos de la felicidad del alma, que se abismaba en la contemplación de la esen– cia de Dios. 228
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz