BCCCAP00000000000000000000925
-Si no fuera porque temo a Dios, te mataría ahora mismo ¿Qué mal te he hecho para que te burles de mí? -Hermano -le dice Fray Antonio-, yo no me burlo de ti, sino que envidio tu felicidad. Tú has de ser mártir, y el martirio es una gracia especialísima de Dios. Yo suspiré con ansia por él, y no me fue otorgado. Pero el Señor me ha revelado que esta gracia está reservada para ti. Por eso mereces mis respetos. Al ser martiriza– do, acuérdate de mi. La sinceridad y el afecto con que el Santo proferia aquellas palabras calmaron un tanto la ira del notario. Con todo, no podía creer en aquella extraña profecía, por eso contestó a Fray Antonio con una estrepitosa carcajada. Pero el tiempo confirmó la profecía de Fray Antonio. El rn;,tario, pasados algunos años, se líabia convertido de su mala vida. El Obispo de Puy organizó una peregrinación a los Santos Lugares. El notario se alistó a ella para reparar de algún modo sus pasados escándalos. Al llegar a Jerusalén se dio a predicar la divinidad de Jesucristo y las imposturas de Mahoma. Por ello fue preso, atormentado y muerto. En el suplicio, se acordó de la profecía de Fray Antonio y se la dio a conocer a los franciscanos que le asistían y confortaban en sus penas. 118
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz