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Ayúdame a comprender y a vivir la belleza del amor cristiano. Enséñame a reconocerte y amarte en el pro11mo. Lo suplico en el nombre de Jesucristo nuestro Señor. Amén. REFlEXION El amor es el distintivo del cristiano. Es el mandamiento de Jesús. Nuestro destino en la tierra es amar. la perfec– ción cristiana fundamentalmente consiste en el amor. En la tarde de la vida se nos examinará sobre el amor. los cristianos sabemos muchas cosas sobre el amor, pero ¿vivimos el amor? ¿Tú amas a Dios? ¡Claro que sí! ¿Verdad? Para saber si es cierto ese tu amor debes superar estas dos pruebas: - •Me ama aquel que cumple mis mandamientos... • - •El que dice que ama a Dios y no ama a su herma- no miente.• San Antonio de Padua pasó su vida como gran testigo de amor. En sus sermones hallamos estas directrices sobre el amor: - •Hay un solo amor a Dios y al prójimo. Dios, dice San Agustín, nos ordenó amar a Dios por sí mismo y al prójimo <;orno a nosotros mismos, esto es, por los mis– mos motivos y la misma finalidad con que nos amamos. ¡Grande es el amor que Dios nos tiene! Nos envió a su Hijo para que le amásemos. Vivir sin El es morir, pues quien no ama está muerto. Si Dios nos ha amado hasta el extremo de darnos a su Hijo, también nosotros de– bemos amarnos unos a otros... • ¿Cómo vivo yo el amor a Dios y al prójimo? ¿Amo a Dios como respuesta a su amor infinito? ¿Amo al prójimo como a mí mismo, como Jesús nos amó, como al mismo Jesús? 21

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