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sona enamorada. ¿No has visto que no' hace nada sin consultar contigo? *** Malcolm era diestro en el manejo de la espada y en conducir ejércitos, pero no sabía ni leer, ni escribir. Margarita, en cambio, era ceremoniosa y avisada con los nobles y con las damas, sabía bor– dar y zurcir sin cansarse, y, con los sabios, gustaba de discutir sobre los temas más diversos con preci- .sión y talento. Con las monjas rezaba y hablaba de vida espiritual, con los artistas planeaba grandio– sos monasterios y hermosas catedrales. Malcolm sabía todo esto y pensó que nadie mejor que Mar– garita llenaría con creces sus deficiencias. La noticia se corrió rápidamente. El rey de Es– cocia se casaba con la sobrina del santo rey Eduar– do. Los preparativos fueron dignos de tan grande y poderoso monarca. Las campanas de la catedral anunciaron la so– lemne ceremonia. Abría la marcha del lujoso cor– tejo un caballero con el estandarte real; detrás de él iban seis trompeteros y algunos comendadores y caballeros en filas de dos en dos. Pajes, damas, se– ñores, toda la flor y nata de la nobleza del reino de Escocia, y, cerrando aquella deslumbrante comiti– va, Malcolm y Margarita. El rey seguido de dos es– cuderos llevando uno la lanza real y otro la espa- 86