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jonia. De este modo Matilde pasó de duquesa a emperatriz. El nuevo título no sirvió para ensoberbecerla, sino para hacerla más caritativa. Gastaba grandes sumas en socorrer a los pobres y cuando no podía otra cosa, les consolaba con palabras de caridad. El estar con los pobres era su principal ocupación y cuando se la quería ver, no había que buscarla ni en los salones, ni en las reuniones de sociedad, sino en medio de sus pobres. * * * Matilde fue madre de cinco hijos. Su caridad para con los necesitados no fue jamás obstáculo para el cumplimiento de sus deberes de madre y de esposa. Con abnegación ejemplar cumplió con ambos deberes y se la vio siempre entregada a ellos con la mayor alegría y generosidad. Una de las principales ocupaciones de su deber de madre fue la educación esmerada de su hijo mayor, Otón. Le enseñó los deberes y virtudes pro– fundamente cristianos, y le preparó para ser más tarde sucesor de su padre en el imperio. El día de la muerte de su esposo Enrique, con una fortaleza increíble, condujo a su hijo ante el cadáver de su padre y le hizo esta valiente reco– mendación. - Mira, hijo mío, en qué vienen a parar las grandezas y los honores de este mundo. Vas a he– redar el imperio de tu padre, pero piensa que tam- 56