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Estando etJ. esta soledad la llegaron noticias de que entre su hijo Alonso de Portugal y su nieto Alonso de Castilla iba a estallar la guerra de un momento a otro. El pensamiento de la paz surgió de nuevo en su corazón. Deseosa de evitar aquella desgracia, mandó se la llevase a Estremoz. Era pleno verano y el calor era asfixiante. - Majestad - la dijeron -, ¿a dónde queréis ir con este calor estando tan delicada de salud? - Cuando se trata de evitar una guerra, cual– quier mortificación es pequeña - contestó IsabeL Cuando llegaron a Estremoz se había puesto el sol. Unas fuertes calenturas la hicieron guardar cama. Llamó a su hijo y le habló de las crueles con– secuencias de la guerra y de los bellos frutos de la paz. El hijo quedó conmovido ante aquellas pala– bras de su madre moribunda. La guerra no se de– claró. Isabel, contenta con aquel su último esfuer– zo en favor de la paz, se dispuso a .morir. Era el 4 de junio de 1336. En el silencio de una pobre ha– bitación moría Isabel, la reina de la paz. 139
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