BCCCAP00000000000000000000919
Del castillo de Watburg descendió la duquesa Isabel con sus cuatro hijos y dos doncellas, mien– tras la duquesa Sofía y sus infames colaboradores veían impasibles la triste escena. Nada de valor se le permitió llevar a la desgraciada duquesa. Era aún muy joven, pero el sufrimiento la había enve– jecido prematuramente. Antes de perder definitiva..: inente de vista su amado castillo se volvió a él y,. con los ojos llenos de lágrimas, se despidió como de una persona querida. Las doncellas no podían contener las lágrimas. Isabel procuraba hacerse fuerte para no llorar. Por el camino no cesa de re– petir: - Todo me lo han quitado, pero aún puedo re– zar a Dios nuestro Señor. Al caer la tarde llegaron a la ciudad de Eisenach. Nadie se dio por enterado. Allí donde Isabel había hecho tántas obras de caridad, ahora no encontra– ba ni una mala habitación donde poder pasar la noche. Los días siguientes fueron aún más doloro– sos. Isabel se vio obligada a ir de puerta en puerta pidiendo un mendrugo de pan para sus hijos. Pa– sados algunos días logró encontrar una casita en la que se estableció definitivamente. En aquella humilde choza reinaba la más extrema pobreza. Isa– bel lo llevaba todo con heroica resignación y, de cuando en cuando, hacía algunas obras de caridad con los pobres. 105
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz