BCCCAP00000000000000000000918

viembre; la hora, el momento de entrar en el iPalacio de la Cancillería a pronunciar el discurso de apertura. Todo se preparó con meticulosidad. El conde fue avisado por distintos conductos del cr.imen que se preparaba contra él. A las seis de la mañana del dia 15, recibió de la duquesa De Rignano la :siguiente esquela: "No vaya al Palacio de la Can– cillería, porque será asesinadb". A mediodía, mien– tras comía con su familia, un desconocido quiso hablar con el Sr. Rossi de un "·asunto muy im– portante". Rossi contestó: "Mañana le recibiré". •"Mañana será tarde", contestó el desconocido. Hasta el Papa tuvo reiterados avisos del complot que se tramaba contra su primer ministro. Cuando Rossi acudió al Quirinal para pedir la bendición al Papa antes de ir al Palacio de la cancillería, Pio IX le .dijo: -Evitad un crimen a los otros y .a mí un. gran dolor. -iSanto Padre-contestó el conde-son dema– siado cobardes. A la una de la tarde llegó Pellegrino Rossi al Palacio de la Cancillería. Al descender del coche dijo, un tanto preocupado: "Mi causa es la de Dios. Hoy .enterraremos a la revoluc.ión". Un gru- po de legionarios le envolvió ,para protegerle. En- :tre ellos estaba el traidor. Un golpe en el hombro hizo ·volver a Rossi la cabeza, presentJ1,ndo asi-el.. cuello al estilete homicida. RossJ,-(\~'Qt.i:i}, ltiel'9J;;<<, herido de muerte. Los enemigqs/,d@,\;;J?apa habían v¿/ \ conseguido su fin. Minutos ges~és Sturbinetti \ \ agitaba nerv.iosamente la C<>,p.~•H<1uir:i::~RiH",'l )

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz