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el Rosario en la mano izquierda y en la derecha un cestillo de paja. A su lado un niño, compañero inseparable en sus salidas a la Ciudad. · Su cariño abarcó tambtén a los adultos. En el puerto de Génova vivían mezcladas la opulencia y la pobreza. Fr. Francisco fue el ángel de paz que logró unir a dos cosas tan dispares y tan con– trarias entre sí. Fue amigo de los ricos para ex– citarlos a ser caritativos, lo fue de los pobres para ayudarles en sus necesidades. En la calle, en los tugurios, en las casas humildes, siempre encon– tró disensiones que arreglar y pobrezas que soco– rrer. -"Padre Santo", mi marido me ha dejado-ex– clamaba llorando una pobre mujer, rodeada de varios hijos pequefütos-lqué me aconseja que haga? --1Reza a la Virgen y pidela que te ayude, dila que te lo he dicho yo. ~Padre-suspiraba un joven-, he llevado hasta ahora una vida depravada, lqué debo hacer? -'Mira, hijo mío, vete al convento de los Ca– puchinos y pide un confesor. -Ayer me insultó un compañero-añadía un hombre de extraña catadura-y he jurado ma– tarle en cuanto pueda... -Hijo mío, piénsalo detenidamente... Tiene V!L rios hijos... ¿ Te gustaría a ti que se arrepintiese? Pues obra como si así fuera ... En ,el corazón magnánima del santo limosnero cabían todas las necesidades humanas y hasta, a veces, sabía condescender, con los inofensivos ca– prichos de algunos de sus bienhechores. 40