BCCCAP00000000000000000000918

i J a otro. Lo haría antes de amanecer para poder es,tar •en el convento de Voltri antes de que los ,re}igirnsos se hubieran levantado. rnegó el día señalado. Fray Antonio no dur– mió en toda la noc,he. Sie desl)idió del Señor, de ia Virgen y de Sain Francisco, y sarió sigUosa– imente de aquel conv,ento testigo de sus luchas f también de las primeros fervoves de la vida reUgiosa. cuando llegó a Vo1tri comenzaba a ,aimanece·r. La ca;m¡pana del convento de los ca– ,puchinos to,caba al "Ange'1us". Cuando el Padre Alejandro entró en el coro, vio al joven Croese ¡yesbido de se•gJ.ar profun:damente recogido. Al mismo tiempo en el coro del conv,ento de Sestri Ponen,ti il.os re'l.igiosos vieron vacío el lugar que ocupaba Fr. Antonio. Todos, comprendieron lo suc,edido. Sólo el bueno de Fr. Juan no a.ca.baba de conven:c,erse de lo que veían sus ojos. Corrió a la ceMa de su pmtegido y la encontró :vacía. Sobre la cama, doblado piadosamente, ,estaiba el !hábito que has.ta entonces había vestido Fray Antonio. CON LOS CAPUCHINOS DIE VOLTRI Juan C'roe1se no s,e había e1quivocado en su e1ecc-ión. El convenito de San Franc,jsco de Voltri era un auténtico eremitorio comparahl.e con los ,habitados por los primeros, franciscanos. La pe– queña iglesia se aibrfa a:i amanec,er y se cerraba a media mañana 'Para de nuevo abrirse después ide ,Ia hora de Vísperas hasta a;l caer de la tarde, que se ,cerraba delfinitivamente. Era, :J)Ues, e1 27

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz