BCCCAP00000000000000000000918

.A!ntonio no ,estaba contento. Se le veía preocu– pado, y frecuentemente sollozando en el coro. En los primeros años de la v:ida religiosa no suelen ser raras es-as luchas espirituales. Los es,crú:pulos a,cometen con frecuencia a los que comienzan la vida espiritual. Más de una vez estas ansieda– des de co¡ncien'Cia terminan ,con la pérdida de la vaca-ción. Fray Juan, que tenía una predilección especial por Fr. Antonio, no en vano le había traído al convento, cons:iguió del P. Guardián eil. necesa– rio permiso para ir en peregrinación, en compa– ñía de Fr. Antonio, aJl cercano santuario de• la Virgen de Aguasan,ta. La noticia alegró mucho a1 joven terciario, pues una de sus· grandes devo– ciones era el visitar las imágenes de la Virgen en los sanituar-ios mar:ianos tan numerosos en a 1 quella región. Al día siguiente, muy de• mañana, salieron camino del famoso santuario. Las paredes de la ermita estaban material– mente cubie11ta:s de ,exvotos, signos inequívocos de las gracias obtenida,s .por mediación de la Vi11gen. Los dos piado.sos ,peregrinos durante al– gún tiempo permanecieron en e'l dulce eje1:dcio de la oración. Al saUr, Fr. Juan deseoso de cmn– placer a su compañero, le ,propuso visitar la igle– s,ia de San Nkolás, construida por los capuchi– nos hacia el año 156-8. En esta iglesia se venera– ba la prec:iosa imagen de Nuestra Señora de la Gracia. iCuán ajenos estaba;n ambos de la in– fíluencia deciisiva de a¡quella visHa en la vida de Fr. Antonio!. .. 25

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz