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es perfecta. La higuera del•·Evangelio tenfa hojas'., _pern no frutos, y Jesú~ la maldijo, "Nunca. ja111ás coma nadie frufo .de ti:'! Y la higuera se secó. Mira: que Jesús no dijo: "Sécate':., sino "nadie cóma ifruto de tí"; pero .¿a qué había de segllir viviendo si no daba: fruto? Procura, . pues, alma devota, estar unida a la Vid que es Cristo. Que la saviasobrenat~1ta1 de la gracia: que es la .vida ele Cristo en ti, nó deje de circular en tu corazi!n'. .Eres sarmiento, cuMa de estar siempre únido a .la Vid, pues el día e11 que te separes de ella no servirás más que para el foeg-o eter– no. uNo hay término. medio .para el sarmiento, dice San Agustín: o se. halla unido ...a la. vid, o es arrojado a:l {uego.'! .MJditese y pídase la gracia que se desee conseydir.