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.:'No DO§ ha ,sido dad9. otr,o nombre en: que :P.odam.os ser salvos/que el nqmbre de .Jesús." ¿Lb ves, alma devota? Sólo Jesús puede abrirte la. puerta del delo, só\o' a El, pues, debes •buscar. BúsGale en el Evangelio, búscale, so,– bre todo, en el Sagrado. Ahí le en– contrarás. y .te abrírá..,, iOhHostia Sc\lr ;Vadora, cant.a la Iglesia, q:ue abres de par en rpar .la pu~rta .del cielo!" "Abre; me a rp.í, oh. J es~sr para que .no 1;ne pierda. Cuando se medita. con frecuen, ~ia en este pensarp.íento ,del cídCJ, ¡q-gf pequeñas parecen las penas .de esta yida! ¡V'erdaderamente que "nada .sqt1 los. sufrimientos de la .vi.da . presentf co111;parados conJla.•..glpria, q.:u~\,es¡ma- • mos!" ~ ,:->: 1,:•. A11frnate, pues, alma dev9ta, a su- frir con est~ pensamiento del . cielo ... En aquella feliz· mansión ya "n.o· ha– brá llanto, .ni gritos, ni habrá dolor", sino gozo sempiterno y dicha comple– ta. ¡Oh Die? mío! Ahora comp,rendo \. ___ .133 -

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