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D SI-L-NUN era rey de la vieja Toledo. Las calles estrechas, de piedras rodadas, se habían estre– mecido más de una vez al paso fastuoso del poderoso musulmán .. Nada íe faltaba al orgulloso rey, y, para colmo de su felicidad, tenía una hija que era más hermosa que las huríes del Profeta. Cuando Dsi-1-Nun salió de Córdoba .trajo consigo sus riquezas, sus mujeres y su hija, pero tuvo que dejar allí otras muchas cosas. Allí quedó Andalucía, la tierra del sol y de las flores; Toledo no tenía una mez– quita como la de Córdoba, ni unos jardines como los de Granada. El rey moro estaba triste y a esta pena se había venido a unir otra más profunda: su hija Casilda estaba enferma. Todos los médicos de la corte la vieron y no fueron capaces de dar un remedio eficaz. Dsi-1-Nun .no reparó en gastos, pero todos fueron :inútiles. Un día, Dsi-1-Nun llamó a su hija y la preguntó: -¿ Qué puedo yo hacer para curar tu mal ? 4

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