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22 ESTRELLAS EN EL CIELO mundo con sus crímenes? ¿ Cómo quieres que yo ado– re a Venus, la diosa provocativa, cuya vida está tejida de vicios y deshonestidades? * * * En la sala del trlbunal reinó un profundo silencio. Las palabras de la virgen cristiana habían sido dema– siado claras para que todos los presentes no las pudie– sen comprender. Quintiano, fuera de sí al ver que su au. toridad y su pasión eran burladas, acudió al último re– mE-di0 : a la violencia. -Llevadla a la cárcel-ordenó a los esbirros-y Cé:,stigadla como se merece. Del pretorio del gobernador Agueda fué llevada a las mazmorras de la cárcel. La primera noche la pasó confundida con toda clase de ladrones, criminales y gente de mal vivir, hasta que, al día siguiente, apenas había salido el sol, de nuevo la condujeron a la pre– sencia del gobernador. Cuando la virgen cristiana estuvo delante de Quin– tiano, éste le dijo con la mayor dulzura : -¿ Has pensado seriamente esta noche lo que debes hacer? -¿ Qué tengo que pensar ?-preguntó Agueda sor– prendida.

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