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SANTA JVAWA FRANCISCA DE CHANTAL 215 -+No; nó es eso lo que quiero. Serás tarmtlifü ... --Ahora mismo, monseñor ... ~Me agrada tu santa indiferencia... Pero, mira, en Annecy hay una pequeña finca rodeada de huertos y arboledas y ese lugar tan encantador lo he escogido yo para fondát una nueva congregación reVgiosa. Se va a llamár de la Visitación y tú vas a set su pr,i1ñt'- ra superiora: .. .......c.¿Yo? ,, . '. --'--'Sí. La congregacióh funcionará·. de tal manera q1.:re ninguna aspereza pueda apá1'tar a los débile!3 de entrar en el.la. Ni los maitines a )'riedianoche, ni lis disciplinas, ni los ayiums, Mn in.dispensa.bles párh lle– gar a la santidad, que sóló consiste en· el amor de Dios... El día de San José del año 1610, Juana Francisca abandonó su casa... La despedida fué desgarradora. El hijo mayor, Celso Benigno de Rabutín-Chantal (más tarde padre de la ilustre escritora marque&, de Sevíg– né), se colgó al cuello de su madre ... Juana, llorando a lágrima viva, se despidió de su hijo y se dispuso a salir. Entonces el niño se cruzó en el umbral de la puerta y dijo a su madre: ((Madre, pasa, si te atreves, por e.ticima del cuerpo de tu hijo.» Juana -Francisca sintió un golpe·brusco en su cora– zón ; pero, sonriendo a través de las lágrimas, saltó por e.ncima de su hijo y subió al coche que la esperaba.
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