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C.·. INCO años __ tenía Isabel y ya.:su ~buelodon Jaime el Conquistador gustaba de jugar con ella para olvidar cruzadas de batallas e intrigas de cortesanos. También a la nií'ía le hacía mucho placer el enredar con la barba nívea y larga de su abuelo y hab1ar con él de cosas serías. Desde muy niña se distinguió Isabel por su carácter reposad~, por su du"¡zu_ra bondadosa y por su sencilla piedad. Cti~ndo la~/ damas de la corte la veían en la capi.Úá con las m,anecitas juntas; los ojos suavemente incli.riados o elevados extáticamente ál cie– lo, recordaban, sin querer,· a la hermana de su abuela; a la dulce y sufrida Isabel de Hungria, que en aquel entonces llenaba las cortes de Europa con los aromas de su santidad. Gustaba poco laJ princesíta Í~~qel de adetezos su– perfluos y, menqs aún, delas diversiones que se tenían e_n la corte; en ca:_m'.bio su gran ilusión. era hacer limos– nas, consolar á los hijos de lós cria:dos y oír contar a la nodriza las vidas mai:avillosas de los santos. De castillb en castillo y de .. palacio en: palado fué recorriendo, siendo aún muy niña, todos los dominios 1:5