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SANTA CLARA DE ASÍS 165 habían visto brillar sobre las paredes del convento de San Damián una luz ofuscadora. El 11 de agosto de 1253, en el humilde convento de San Damián se sintieron rumores de rezos y cantos entrecortados. La madre Clara estaba a punto de morir. ~Llévame al cielo contigo, hermana mía-decía:' J nés Sciffi. · ~Hoy no puede ser---contestó débilmente la en– ferma-, pero nie seguirás pronto. El rostro de Clara se iluminó de improviso. Los labios se movían suavemente en dulce y quieta ora– ción, y los ojos miraban, como extasiados, a un punto determinado. -¿ Qué es lo que ves., hermana mía ?_:preguntó Inés. · -Veo a mi Divino Esposo que viene por mí. .. Siguió un silencio de palabras y un ruido de sus– piros y rezos. La madre Clara volvió a hablar. -Veo que viene con El una hermosa procesión de vírgenes vestidas de blanco y al frente de ellas la Santísima Virgen, más hermosa que ninguna... Fray León, fray Angel, leedme la Pasión de Nues– tro Sefíor Jesucristo según San Juan ... Mientras los religiosos leían el sagrado texto y las religiosas lloraban y rezaban, la madre Clara sonreía y hablaba de este modo a su alma : -Alma mía, anímate, que tienes un gran viático