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SANTA CLARA DE ASÍS _163 le cuesta este sacrificio ! Pero el Señor se lo pide y lo sufre generosamente. Terminada la misa, el perfume del incienso y el eco de los últimos villancicos siguen flotando en el aire conventual. Todas las religiosas se dirigen a la celda de la madre Clara; que las. recibe con la sonrisa en los labios. -¡ Qué pena, madre, que no hayáis podido asistir esta noche a los Maitines y a la misa conventual l... Clara sigue sonriendo, y, tomando fuerzas para hablar, dice a sus monjas: -Hermanas e hijas mías. Doy gracias y alabanzas ~1 mi bendito Señor Jesucristo que con mucho con– suelo de mi alma he asistido a toda la función de esta santísima noche y esto por intercesión .de mi santo padre fray Francisco y por gracia de Dios. Pues he estado en la iglesia del santo padre Francisco y con los oídos de mi cuerpo y de mi alma he escuchado eI canto y el sonido del órgano y allí he recibido la Sa– grada Comunión. Alegraos, pues, de tan gran favor y dad gracias a nuestro Señor Jesucristo. (Florecillas, capítulo XXXIV.) . Francisco seguía asistiendo espiritualmente a su hija espiritual, y un día, para satisfacer la devoción: de Clara, se quedó a comer con ella. La mesa no podía ser más frugal : unos panecillos, algunas hierbas y un jarro de agua fresca. -Bendecid la mesa, padre-dijo Clara-, que la

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