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SANTA CLARA DE ASÍ.S HH grata noticia. La niña que vino al mundo era tan her– mosa que la madre, recordando las palabras del Santo Cristo, quiso que se llamase Clara; porque claridad sobr~natural había de ser para la Iglesia de Dios la recién nacida. En la catedral de Asís y en la misma pila en que años antes había sido bautizado el hijo de Pedro Ber– nardone, lo fué también la hija de los Sciffi. Fué un día de auténtica emoción. La hija del milagro rio tar– daría en ser la luz clarísima que iluminaría aquel siglo de oscuridad. En las afueras de Asís está la humilde iglesia de San Damián restaurada por el pobre Francisco. Junto fl la iglesia una casa, pobre también. Y en esta casa se ha encerrado para siempre Clara, la fundadora de las Damas Pobres. Ni rentas, ni propiedades, ni nada de lo que el mun.do retiene para sí con prudencia mun– dana, tienen estas Esposas de Jesús; su pobreza es altísima, pero el Señor, que alimenta a las avecillas del cielo y las viste de vistosas plumas, no abando11 1 a a estas sus siervas. Francisco las alimenta espiritual~ mente; niaterialniente Dios se encarga de que no les · falte lo necesario. ¿ Quién podrá decir lo que pasó en el alma de Clara durante los años que permaneció en el tranquilo retiro de San Damián? Sólo Dios lo sabe. ¡ Cuántos 11

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